The Rolling Stones Songbook - The Andrew Oldham Orchestra

   En 1966 se editó un disco llamado “The Rolling Stones Songbook”. Se trataban de re versiones orquestadas de algunos temas de los Stones editados hasta ese momento. La idea fue del manager Andrew Oldham, y además de los mismos Stones, participaron varios sesionistas. Este no fue en sí mismo un disco importante o trascendente. Pero su valor radica en la cantidad de regalías que obtuvo 30 años después, todo por una canción llamada “The Last Time”, sobre la cual me centraré en este análisis.

   Voy a empezar de adelante para atrás. ¿Se acuerdan del tema “Sinfonía agridulce” de The Verve?. Mi recuerdo por “Bitter Sweet Symphony” es el de “ese video donde el tipo se lleva por delante la gente en la calle”. Banda con estructura básica de RnR: bajo, batería y guitarra, cuyo primer éxito lucía al frente unos “strings” sintetizados. La melodía de los violines era muy pegadiza y hacía pasar a un segundo plano al resto de los instrumentos, a excepción de la batería, con una típica base del brit pop de los noventa (ese doble golpeteo de redoblante en un solo tiempo).

   Del año 1997 me remonto ahora a 1965, a la figura de mi tan admirado Brian jones.
Como muchos sabemos, los créditos en los temas de los Rolling Stones, casi siempre refieren a “Jagger-Richards” , sin embargo,  varias composiciones de los sesentas pertenecen a Brian Jones, una de ellas, es el riff principal de “The Last time”. Insisto en lo siguiente: no hay (ni habrá) información precisa sobre los aportes puntuales de Brian Jones a las composiciones, sino que (así como es el caso de los Beatles), todo está ligado a la escucha atenta de los discos y el (re) descubrimiento de los perfiles de cada uno de los intérpretes y su lógica relación con las composiciones.
   The Last time se lanzó como Simple en 1965 y fue incluido en el álbum del mismo año llamado “Out of our heads” en la edición americana.  El mencionado riff es bastante básico, con raíces bluseras y muy  pegadizo. Sigue sonando a lo largo de casi todo el tema a pesar que las armonías del mismo van cambiando (Mi mayor, Re mayor, y La mayor), que es lo que realmente resulta efectivo. Recomiendo su escucha para comprender mejor esta breve reseña.-


   Pasemos ahora a la figura de Andrew Logg Oldham, manager de los Rolling Stones en los 60, y uno de los responsables de esos looks de  “chicos malos y rebeldes”. Se dice que quien acercó a  Lennon y McCartney a Jagger-Richards y logró un acuerdo para que los primeros “obsequiaran” una composición original a los Stones. El resultado fue “I wanna be your man”.
   A mediados de los 60, Andrew Oldham creo la “Andrew Oldham Orchestra”(intérprete del disco objeto de este análisis). Un proyecto donde músicos no estables interpretaron temas de los Stones (y algún que otro aporte de Oldham) en versiones que recordaban al “Wall of Sound” de Phil Spector (influencia directa de Pet Sounds de Beach Boys). Esta orquesta editó 4 albums, incluso con misma participación de los Rolling Stones, además de los mencionados sesionistas. Y en el año 1966 se editó “The Rolling Stones Songbook – The Andrew Oldham Orchestra”.
   The Rolling Stones Songbook consistía en diez tracks de los Stones, más una “composición” del propio Oldham . Uno de los tracks del disco era “The Last time”. La versión “Wall of Sound” dejaba a un lado el riff principal y se concentraba en la armonía mencionada anteriormente, agregando variaciones de la melodía principal y un típico arreglo de cuerdas para este tipo de reversiones.  El tempo era mucho más lento y la batería más bien sincopada, lógicamente que el ritmo de RnR clásico de Charlie Watts no encajaba con los arreglos de esta versión. Al escuchar “The Last Time” por la “Andrew Oldham Orchestra” seguramente más de uno se sorprenderán.

   Retomamos ahora a 1996. Richard Ashcroft de The Verve compone “Bitter Sweet Symphony” y, según se dice, solicita “autorización” para samplear parte de “The Last Time”, la cual es otorgada.  El disco se edita y la canción comienza a difundirse, teniendo una repercusión inesperada para muchos. Dado que los arreglos y letra pertenecían a Ashcroft, pero se había utilizado el sampleado mencionado, al parecer se llegó a un acuerdo donde las ganancias se dividirían 50/50.
   Ahora bien, la difusión del tema rebasó las expectativas de muchos y el mismo resultaba más “identificable” por el fraseo de los “strings” sintetizados, que por la letra o los arreglos. Básicamente por lo siguiente:  La melodía de violines es prácticamente la misma,  el tempo y la batería eran casi calcados de la versión de la Oldham Orchestra. Hasta los acordes eran los mismos, pero con una pequeña variación casi indetectable.
Varios idas y vueltas hubo con los derechos de “Last Time” pero la mayoría de lo sucedido es más para un programa de Rial, que para una reseña musical. Como resultado: hoy por hoy en el CD “Urban Hymns” de The Verve, en los créditos de “Bitter Sweet Symphony” figuran “Ashcroft / Jagger-Richards”. El fallo judicial obligó a The Verve a ceder el 100% de las ganancias que la canción originara. Ganancias para los Stones, para Oldham, para la discográfica, en fin, insisto, no me es menester ahondar en las cuestiones legales o de forma de cierto tipo de sucesos. Me parece mucho más interesantes muchos de los detalles contados en esta historia. Disfrutemos de “Bitter Sweet Symphony”. Brian Jones no va a recibir un centavo por esto.


DR.-

The Rolling Stones Songbook - Andrew Oldham Orchestra
(1966. Decca Record Company. Producido porAndrew Oldham)
1. Blue turns to grey; 2. I can´t get no satisfaction, 3. You better move on; 4. Time is on my side; 5. Heart of stone; 6. As tears go by; 7. Play with fire; 8. Theme for a rolling stone; 9. Tell me; 10. Congratulations; 11. The las time.
Creditos: Arreglos por Arthur Alexander, Bob Auger y Ray Pricket. (Debido a la inmensa cantidad de músicos sesionistas no es posible nombrarlos a todos)

The Beatles - Abbey Road


A veces me pregunto ¿Qué hubiese pasado si seguían? Porque en cierta medida, los Beatles definieron en siete años toda la música que vino después. Sentaron bases para el rock sinfónico, los discos conceptuales, hasta el punk rock y heavy metal (Helter Skelter), es decir, para muchísimos de los movimientos que siguieron en las próximas décadas. Tal vez su continuidad hubiera hecho obsoleta la existencia de otras grandes bandas. Éste, su último álbum editado, es una perfecta despedida para los 4 de Liverpool.
Maradona, Pelé, Cruyff y Messi. Todos en un solo equipo (en otro momento discutimos sobre la acertada o no inclusión de Messi). Y espero no se pregunten quién de ellos sería Ringo. Porque Ringo definió un estilo muy personal de tocar la batería, entre otras cosas, con el movimiento de su mano derecha sobre el hi-hat, sin mencionar que no le pifiaba un tiempo. Del resto no hay nada que pueda acotar que ya no se haya dicho, sería una falta de respeto.
A veces en el fútbol no siempre resulta tener un “dream team”. Los Beatles son el caso contario; el dream team funcionaba perfectamente, pero el brillo luego no fue el mismo cuando cada uno siguió su camino por separado. Tal vez porque el punto de comparación, siempre fue sus años como agrupación. ¿Cómo era que funcionaban tan a la perfección cuando trabajaban juntos? Es un interrogante, y sólo podría esbozar hipótesis.

Abbey se editó en 1969, pero fue grabado posteriormente que “Let it be” (lanzado en 1970), aunque muchas de las composiciones de “Abbey…” se dieron durante las sesiones de grabación de Let it Be, de la cual hay un riquísimo documental también llamado “Let it be”, donde se pueden ver varias de las internas de la banda (sobre todo el relegado papel que le tocaba a Harrison).
Allá por el 69 los Beatles se “plantearon” hacer a un lado sus diferencias y meterse de lleno en el estudio a grabar en paz, armonía y unidad lo que (ya suponían) sería su último trabajo, y tenía que estar a la altura de las circunstancias. Esto último sucedió, pero no así lo primero. Al poco tiempo de comenzar las grabaciones volvían a aparecer las asperezas y el disco terminó se fue redondeando de un modo particular, donde cada músico aportaba sus composiciones y el resto se limitaba a participar prácticamente como meros sesionistas. Esto, que a priori puede suponer un resultado desprolijo y mediocre, resultó todo lo contrario, dado que al oír Abbey Road, estamos escuchando a los Beatles en su esplendor.
Estas dificultades mencionadas brindan al oyente una particular característica: puede apreciarse de modo muy concreto a quién pertenece cada composición.  Recordemos que los temas se firmaban como “Lennon-McCartney” cuando pertenecían a alguno de ellos. Si bien en esta oportunidad se continuó con esa pauta, resultó mucho más clara y evidente la distinción mencionada. Además, pudo salir a la luz una mente brillante que hasta el momento había permanecido oculto: George Harrison, opacado siempre por las figuras de John y Paul.
Mi querido George hace unos bellísimos aportes: “Here comes the sun” y “Something”. Y nos hace preguntarnos ¿ ¡Por qué no lo dejaban componer a este tipo!? Prolijo, simple, preciso y brillante en su ejecución de guitarra, es todo lo que se había conocido de él hasta el momento (salvo ocasionales aportes en discos anteriores). En Abbey Road tuvo rienda suelta y George se dio el gusto de mostrar al mundo lo que podía dar. Siguiendo esa misma línea, Harrison también nos regala un hermoso tema como “I me mine”, incluido en Let it be.
Los aportes de Lennon son bien Lennon, no hay con que darle. “Come together” creo que es el tema “más Lennon” que existe, con un riff bien definido, una voz áspera, la guitarra que hace presencia rasgueando las últimas 4 cuerdas, y una letra que no es un simple relleno. Con esa misma línea encontramos “I want you”, dedicada a Yoko Ono. Una combinación de jazz, rock, y un final al que varias bandas alternativas de los noventa tienen que agradecer. Me gusta mucho el bajo de Paul en este tema, y el cómo va definiendo al tema. Como dato de color, hay una atípica versión de este tema que Soda Stereo tocó en su recital de la 9 de julio.
Una de las cosas más llamativas de “Abbey Road” fue la inclusión de “un tema largo” de 16 minutos aproximadamente. En realidad se tratan de nueve canciones unidas entre sí con distintos medleys. La primera de ellas es “You never give me that Money”. Una pieza bien McCartney con una hermosa melodía, la cual es repetida luego en “Golden Slumbers/Carry that weight” con otra armonización; un acierto ya que resulta muy efectiva. Todas estas composiciones pertenecen a Paul, quien (creo) realmente se luce como cantante en todas las piezas que le tocó ejecutar. En Golden Slumbers y Oh Darling, sinceramente se recibe de “cantante negro de blues” y resulta muy placentero oír con qué facilidad llega a notas tan arriba y tan abajo. Respecto a Because, sólo cabe preguntarse acerca de las influencias de Queen para sus armonías de ópera adaptadas al rock.
No podía olvidarme obviamente de la mención para Ringo. Nada puedo decir de “Octopuss Garden”. Simplemente, para quienes no lo conocen, les digo, escúchenlo y piensen: esta pieza pertenece al (llamado) “musicalmente menos dotado” de los Beatles. Nada más.

Finalmente, hay que hacer especial mención a la tapa de “Abbey Road”, objeto de más conjeturas que certezas, pero bueno, cuanto más tiempo pasa, más se alimentan los mitos. La teoría más famosa es la que dice que Paul McCartney estaba muerto en aquel momento. Esto se basaba en varias especulaciones que ya se arrastraban de antes (una de ellas se encuentra en la tapa de Sgt. Peppers…). Algunos dicen que los Beatles alimentaban este mito de modo consciente, otros que todo se trata de una simple casualidad. La realidad es que en la tapa podemos verlos a los 4 cruzando las calles de Abbey Road, donde se encontraban los estudios de grabación (donde también se grabó “Darkside of the moon” the Pink Floyd). Las especulaciones iban de acuerdo a su apariencia: Lennon de blanco (como el sacerdote); Ringo de negro (de luto), George de jeans e informal (como el sepulturero, detrás de…; Paul, con los ojos cerrados y descalzo (como el difunto). Otras versiones hablan del cigarrillo de Paul en su mano derecha (cuando Paul era zurdo), o bien de la patente del VW Escarabajo que se ve de fondo, donde puede leerse “28 IF”. Esto, asociado a la edad de Paul (recordemos que “if” significa el condicional “si” en castellano) era interpretado como “28 si…(Paul estuviera vivo)”.

Al margen de estos mitos, que no son más que anécdotas, recomiendo la escucha de este excelente disco de The Beatles para aquellos que aún no lo hicieron. Es el último. Es lo que nos queda. Es como no haber visto el gol de Maradona a los ingleses.

DR.-



The Beatles - Abbey Road
(1969. Apple Records. Producido por George Martin)
1. Come together, 2. Something, 3. Maxwell´s silver hammer; 4. Oh Darling, 5. Octopus´s garden; 6. I want you (She´s so heavy); 7. Here comes the sun; 8. Because; 9. You never give me your money, 10. Sun King, 11. Mean Mr Mustard, 12. Polythene Pam; 13. She came in through the bathroom window; 14. Golden slumbers; 15. Carry that weight; 16. The end; 17. Her Majesty.
Créditos: John Lennon (voz, guitarras, piano, órgano, percusión); Paul McCartney (voz, bajo, guitarras, piano, órgano); George Harrison (voz, guitarras, bajo); Ringo Starr (batería, voz, percusión). Músicos adicionales: Orquestas bajo la dirección de George Martin. Billy Preston (órgano), George Martin (órgano).

The Doors - L.A. Woman

   Yo no estoy copado con la muerte, para nada. Pero digo y sostengo que ella pone todo más candente e interesante. A tal punto que es inevitable que toda persona piense e intente entenderla, por lo menos una vez cada tanto. Yo también lo hago,  quisiera ser la excepción y nunca caer en sus brazos, pero si tuviera que elegir, como tantos otros de los que leerán esto que escribo, seria a los 27 años (o nunca). Sólo para ser miembro del mítico club, cuyo común denominador, es el gusto por L.A música, L.A noche, L.A borrachera y L.A WOMAN.-


   L.A WOMAN es editado en 1971, en Los Angeles, California. Mas allá de la excelencia de su contenido y la de sus creadores, este álbum representa la muerte y apocalipsis de un poeta/cantante increíble y de la banda de Blues mas talentosa, carismática, creativa y picante (no te asustes, no es Pereyra) de la historia. The Doors.-
Cabe destacar que este, el ultimo disco de The Doors, es producido por ellos mismos, con la colaboración del Ingeniero Bruce Botnick. El productor de los discos anteriores Paul Rotchild, decidio no participar de el  después de escucharlo. Por Dios!

   Voy a tratar de explicar el porqué y contar las particularidades que hacen que este disco esté íntimamente vinculado con el fin de la vida y de todo lo relacionado a los Doors.
Luego de grabar y editar L.A WOMAN, solo 4 meses después, aparece sin vida en una bañera James Douglas Morrison, vocalista, escritor y líder de la banda. Muchas fueron las hipótesis de la causal de su muerte, pero nunca la sabremos, eso lo saben algunos pocos. The Doors se quedaba sin la cabeza de la banda, el locutor de un mensaje más que particular, innovador y transgresor, ya que pocos se animaban a decir lo que este joven de 27 años decía. Sabemos que hace 40 años era todo más difícil y limitado, en cuanto a la expresión y la censura. Digo esto porque tiempo antes, en el concierto New Heaven, Jim, quizá excedido de Whisky y/o alguna otra sustancia, tiene un episodio en el cual muestra o insinúa una cuestión sexual con su cuerpo, tras esto es arrestado y encarcelado. Las consecuencias son varias. Primero tiene que pagar la fianza, que le cuesta u$s 50.000 que en ese tiempo era una fortuna. Pero lo peor, es que The Doors tendría prohibido presentarse en público de ahí en adelante. Claro está, que esta situación haría que la relación, la inspiración y la motivación de la banda quede truncada, ¿quién de ellos estaría contento con grabar semejante obra y no poder presentarla ante sus seguidores? Más allá de lo económico, el problema era que no iban a poder tocar las canciones que ellos mismos habían creado. Pero Jim presiente que el final está por llegar; lo anuncia varias veces, él siente la presencia, siente que está rondando.

   L.A WOMAN es un disco, casi en su totalidad, empapado de Blues, género en el cual la banda, se sentía más que cómoda y sí que sabían tocarlo! Tal es así que graban “Crawling King Snake” de John Lee Hooker. Pero otra particularidad es que se suman a Jerry Scheff en el  bajo (recordemos que en discos anteriores, casi la totalidad de los bajos, era tocada por Ray Manzarek con su órgano)  y a  Marc Benno en guitarra rítmica. Todos tocando y grabando al mismo tiempo, es decir, no en sesiones separadas. No es casualidad que agreguen dos lugares al estudio de grabación. Se querían ir por la “puerta grande” y de hecho lo lograron, este álbum es una genialidad, sin lugar a dudas.

   Si escuchamos las canciones, no se puede evitar caer en la muerte. La anuncia y le pone nombre propio “The Killer”. Y aparece en varios temas (recordemos “The End” en su primer álbum), pero más fuertemente en el tema que le pone fin al disco, Riders on the Storm. No deja de mencionarlo, entre truenos y lluvia, parafraseando y avisando que la muerte lo espera en el camino.
Empieza con “The Changeling” un Blues potente con muchos arreglos  y con mucho ritmo, que hace presuponer que el disco va a estar buenísimo. Sigue con “Love Her Madly” un clásico de la banda, no hay dudas del porque. En Been Down So Long Robbye Krieger la rompe con la guitarra, y es la base del tema junto con la batería de John Densmore, que demuestra que el Blues les sienta más que bien. “Cars His By My Window le baja los niveles, a lo anterior para arremeter luego con casi 8 minutos de  L.A WOMAN, tema que le pone el nombre al disco, y en el cual Jim empieza a despedirse de la ciudad de Los Angeles, ya que nunca volvería. L`America, una visión sobre el descubrimiento de America, la tierra del oro y el sol, donde a mi parecer se pone en la piel de un colonialista que invita a su gente a que la visiten, pero en tono de reproche. Luego, el tema que es mi favorito del disco, Hyacinth House, que refleja la soledad que lo rodea, y añora un amigo, alguien que no lo joda, alguien que no lo necesite, y ese amigo es el fin. Ray Manzarek (para mi, el mejor tecladista de todos los tiempos), que no pierde el compás ni durmiendo, se luce con el sintetizador y el hammond, regalando sonidos modernos que fusionados con  la vos de Morrison, crean una atmosfera misteriosa y encantadora. Crawling King Snake, un Blues muy eléctrico con las características de su creador John Lee Hooker, en la que todos los instrumentos se fusionan para dar un mensaje, pero la guitarra es la verdadera interlocutora. “The Wasp”, de iguales características que la anterior, pero con un Morrison que pareciera estar un poco cansado, que ya no canta, si no que recita con un cierto ritmo que acompaña a los instrumentos. El último es “Riders On The Storm”, canción oscurísima y atrapante que entre truenos y lluvias, resume el mensaje de Jim, anticipando que The Killer (la muerte) esta en el camino, y que lo vino a buscar exactamente a él.

Ironías del destino:  En 2011, 40 años después del deceso de Mr. Mojo Risin, el Consejo de Clemencia del estado de Florida, “perdono”  a James Douglas Morrison por los cargos imputados tras la escena de  exhibición obscena en el concierto de  New Heaven.
 “Después de muerto nena…”, ahora me quedo mas tranquilo.

“I see the bathroom is clear, I think that somebody's near, I'm sure that someone is following me, oh yeah”

 Dedicado con el mas sincero de los afectos a Agustín Llorente y Emiliano Domínguez.-

JP.-

The Doors - L.A. Woman
(1971. Elektra. Producido por Bruce Botnick & The Doors)
1. The Changeling, 2. Love her madly, 3. Been down so long, 4. Cars hiss by my window, 5. L.A.Woman, 6. L´America, 7. Hyacinth House , 8. Crawling King Snake, 9. The Wasp (Texas Radio & the big beat), 10. Riders on the storm. 
(El relanzamiento de 2007 cuenta con 2 bonus tracks: Orange County Suite y You need meat)
Créditos: Jim Morrison (Voz); Robby Krieger (guitarra); Ray Manzarek (teclados y voz en You need meat); John Densmore (batería); Jerry Scheff (bajo); Marc Benno (guitarra rítmica). 

Pink Floyd - The piper at the Gates of Dawn

   Antes del rock sinfónico, antes de los solos de David Gilmour y, por supuesto, mucho antes de The Wall, Pink Floyd eran 4 jóvenes estudiantes que pasaban largas horas improvisando. A diferencia de muchas bandas de esa época, no se limitaban sólo al blues y al rock and roll. Y a diferencia de muchos artistas, utilizaban los ensayos y el estudio para experimentar nuevos sonidos y crear atmósferas. No era virtuosismo por la ejecución, sino creatividad en su más puro estado. Considerado por muchos como el disco pionero de la psicodelia, “The Piper at the Gates of Dawn” es el primer LP editado por Pink Floyd.
   Syd Barret, guitarrista, poeta, compositor, “diamante loco” (en las propias palabras de los Floyd) era el alma máter del grupo. Sus escasos conocimientos musicales en cuanto a lo técnico eran ampliamente superados por la creatividad al momento de incorporar extrañas secuencias de acordes, o introducir atípicos cambios de tempo (saliendo del tradicional 4/4), como en el caso de “Bike”, imposible por momentos de seguir el ritmo exacto. Esto era complementado por (para mí) uno de los mejores tecladistas de rock, Rick Wright, quien podía aportar hermosas dosis de jazz, del mismo modo que hacer sonar su órgano para transportarnos a un mundo inquietante y terrorífico. Mason y Waters ponían los cimientos justos para que Barret hiciera lo que le plazca tanto en estudios, como en vivo. Y por supuesto, no olvidarse de los efectos de sonido, ruidos de ambiente, efectos de voces, etc. Me cuesta encontrar otro grupo que haya experimentado anteriormente con este tipo de cosas y, sobre todo, con tanta efectividad como Floyd en el 67.
   Las letras de Barret son simplemente hermosas. Hermosas por lo perturbadoras e infantiles a la vez. Frases como “los astros pueden espantarte”; “Solitario en las nubes, azul…no puedes verme, pero yo sí”; “tengo un ratón sin hogar, le puse Gerald”, o los pasajes del I-Ching citados en “Chapter 24”. Altamente recomendable la escucha del disco para transportarnos a un clima por demás inquietante. Pero también, para seguir cada track e intentar meternos en la cabeza de Barret y comprender cada una de sus letras.
Antes de editarse “The piper…”, los Floyd habían lanzado varios simples entre los cuales se destacaban “See Emily play” y “Arnold Layne”, todos ellos en la misma línea que los temas del presente álbum. Arnold Layne fue censurado por su letra (contaba la historia de un travesti que robaba ropa de casas y lavanderías). Barret tomó el nombre del disco de un libro de cuentos de su infancia llamado “El viento y los sauces”. La traducción de “The piper…” es algo así como “El flautista en las puertas del amanecer”.

   El disco abre con “Astronomy Domine”. El machaque de guitarra, las voces de fondo y las agudas notas de los teclados ya nos llevan a un extraño clima. Los yeites y riffs que Barret utiliza tanto aquí, como en “Inteterstellar Overdrive” son irreproducibles, no siguen una lógica armónica puntual, pero por algún motivo “hablan”, nos dicen algo. Luego Gilmour acariciaría su guitarra, pero aquí Barret nos apuñala con ella, nos hace temerle. 
   En “The piper…” encontramos folk (“The Gnome”), riffs de hard rock y punk (“Interstellar…),  rock (“Lucifer Sam”), jazz (“Take up thy..”). Todo pasado por un filtro de psicodelia y poesía .
Syd Barret falleció en el 2006. Luego de la edición de “The Piper…” intervino en un par de temas del siguiente disco de Floyd, y luego algunos trabajos solistas sin éxito. Como luego Waters le diría a Syd Barret en “Shine on you crazy diamond”, me despido pensando en Syd: “Llegaste al secreto demasiado pronto… Brilla tú, diamante loco”
Es inevitable dedicar esto a quien me dio y me sigue dando tantos años de magia en esta relación cósmica.

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Pink Floyd - The piper at the gates of dawn
(1967. Columbia/Emi. Producido por Norman Smith)
1. Astronomy Domine, 2. Lucifer sam, 3. Matilda Mohter, 4. Flaming, 5. Pow R. Toc H., 6. Take up thy stethoscope and walk, 7. Interstellar overdrive, 8. The Gnome, 9. Chapter 24, 10. The scarecrow, 11. Bike.
Créditos: Syd Barret: guitarra y voz;  Roger Waters: bajo, voz, y guitarra;  Richard Wright: piano, órgano y coros;  Nick Mason: batería y percusión.

David Bowie - The rise and fall of Ziggy Stardust (and the Spiders from Mars)

Una de las tantas grandes obras del multifacético David Bowie es Ziggy Stardust, uno de los primeros discos conceptuales de la historia (contemporáneo a Darkisde… de Floyd , Tommy de los Who, etc.)
Musicalmente es impecable, con una sólida base de batería, bajo y guitarra acústica. Riffs de guitarras que no alcanzan lo virtuoso, pero que brillan por su sencillez y la sensibilidad que transmiten. Arreglos de cuerdas y teclados que realzan grandes momentos. Y líricamente es excepcional por su originalidad.

Bowie se pone en la piel de su alter ego Ziggy Stardust, líder de una banda llamada “The Spiders from Mars” (Las Arañas de Marte) y nos trae un relato que es más o menos así: Ziggy aterriza con su nave espacial en la calle K-West (como muestra la tapa del disco) con un mensaje: a la Tierra le quedan cinco años de vida. Su llegada produce un fanatismo excesivo por parte de sus seguidores, quienes comienzan a considerarlo como un mesías, lo cual va incrementando su ego hasta puntos extremos. El relato finaliza cuando el propio público asesina a Ziggy.

Esta obsesión por lo sideral ya había quedado de manifiesto en “Space Oddity”, pero aquí llega a su punto máximo de expresión, agregándole cuotas de existencialismo, ambigüedad sexual, y fantasías que en ciertos momentos rozan con la realidad. A veces no puedo caer en lo inevitable, y recuerdo el asesinato de John Lennon cuando pienso en la historia de Ziggy Stardust.

El disco abre con “Five years”, donde el mensajero nos da a conocer (textualmente) que “la tierra se está muriendo”. A partir de entonces los relatos varían entre la primer o tercer persona del singular, o del plural. El oyente deberá estar atento y dilucidar quiénes son los voceros en cada caso. El lado A de la edición original en vinilo finalizaba con "It ain´t easy", y suponía una diferenciación donde el lado A contenía relatos de los terrestres, y el lado B mensajes por parte de Ziggy y su banda.
Recomiendo, tanto en lo musical como en lo poético, la escucha de temas como “Starman” o “Ziggy Stardust”. Bowie llega a agudos que sólo él puede llegar, y su voz transmite depresión, perversión, oscuridad, melancolía, compasión, amor, desconcierto. El quiebre de voz al final de “Ziggy Stardust” le llega al oyente al alma: “When the kids had killed the man, I had to break up the band”

Bowie nos dio rock, folk, punk, pop, baladas, funk, dance, y además fue precursor del Glam Rock ¿qué más podemos pedirle? Creo que siempre fue un adelantado para su época. Tal vez todo se trate de hacer el amor con tu propio ego, como el gran Ziggy hacía.

DR.-



David Bowie - The rise and fall of Ziggy Stardust
(1972. RCA/Virgin. Producido por David Bowie y Ken Scott)
1. Five years, 2. Soul love, 3. Moonage dream, 4. Starman, 5. It ain´t easy, 6. Lady Stardust, 7. Star, 8. Hang on to yourself, 9. Ziggy Stardust, 10. Suffragate City, 11. Rock N Roll suicide
(Ediciones especiales cuentan con bonus tracks como "John I´m only dancing", "Velvet Goldmine" y otros)
Créditos: David Bowie: voz, guitarra, saxo. Mick Ronson: guitarra, piano, coros. Trevor Bolder: Bajo. Mick Woodmansey: batería. Dana Guillespie: coros en It ain´t easy


Bob Dylan - Highway 61 Revisited

   Por ser la primera vez, me animo, porque es un desafío, hablar de quien para, mi es, fue, y será el mas grande de los músicos, compositores y escritores de todos los tiempos. Bob Dylan.

   Highway 61 Revisted es editado en 1965 en la ciudad de Nueva York.  Según las criticas de todo el planeta, es el mejor álbum en la carrera de aquel entonces, joven de 24 años. Sólo 24 años, pero una revolución creativa, y un caudal de pensamientos apabullantes, a cerca de todo lo que uno piensa todos los días. Política, con ella el descontento ante las guerras, de la mano la religión, caemos en las  reglas, el bien y el mal, siguiendo con los prejuicios sociales, con ellos la injusticia, las razas , las mujeres y un poco de amor dependiendo la época. Pero todos estos ruidos en la cabeza de Dylan, estaban planteándos desde  una profundidad, que siquiera mi longeva y queridísima bisabuela habría llegado a percibir en todos sus años.  A todo esto se le suma que, ya había empezado a interesarse en sonidos mas eléctricos, en el álbum "Bringing it all back home", lo cual le daba muchas herramientas mas de las que tenia, para convertirse en un artista, de los mas inquietos e innovadores, siguiendo la línea del R&B y una raíz Folk indiscutible. Bob Dylan agregaba a su guitarra y armónica,  que habían revolucionado el mundo,  una banda de rock, era evidente que algo tenia que pasar, un quiebre estaba por venir. Sin embargo este  disco lo graba, claramente enojado y lastimado por un ecosistema poco equilibrado.

   El track 1, es nada mas ni nada menos Like a Rolling Stone, que para muchos melómanos, críticos y amantes de la música, es la mejor canción de la historia del Rock, puede verse en el nombre de una de las revistas del rubro musical mas fuerte del mercado, y en la banda británica, de las mas exitosas del siglo XX, los míticos Rolling Stones. Pero este disco a mi parecer, es una cuestión viseral en el interior de Dylan, canciones como Ballad of a thin man, canción en la que el  piano y el bajo te trasladan a una sala lúgubre, donde esta todo mal, o por lo menos, no esta todo bien, y un señor de bigotes parafrasea intimidando y acorralando, buscando respuestas. A mi parecer es el tema más oscuro, pero a la vez más cautivante del disco. Lo sigue el tema que le da nombre a la obra, Highway 61 Revisted, que es una queja concentrada, metaforizada y con algún    tono de burla sobre las cuestiones mencionadas, que alimentaban un universo paralelo. Termina con Desolation Row, una baladita Folk melancólica la cual esta comprendida de diez estrofas de 12 versos cada una, es decir una poesía extensa y con mucho reflejo sobre los sentimientos, de quien es para mi, el ser superior de la música.
   Camino por la habitación como un camello, con sed, frunciendo el ceño. Con los ojos en los bolsillos, la nariz en el suelo. Debería haber una ley en contra de que rondes por ahí, beberías estar hecho para llevar auriculares. Algo esta pasando y no sabes lo que es, ¿no  es así Mr. Jones?


Dedicado con cariño a Sofía Jorge.
JP.-




Bob Dylan. Highway 61 Revisited
(1965. Columbia Records. Producido por Bob Johnston)
1. Like a rolling stone, 2. Tombstone Blues, 3. It takes a lot to laugh, it takes a train to cry, 4. From a Buick 6, 
5. Ballad of a thin man, 6. Queen Jane Approximately, 7. Highway 61 Revisited, 8. Just like Tom thumb`s Blues, 9. Desolation row
Créditos: Bob Dylan: guitarra, armónica, piano y auto de policía. Michael Bloomfield: guitarra. Alan Koper: órgano y piano. Paul Griffin: piano y órgano. Bobby Greg: batería. Harvey Goldstein: bajo. Charley McCoy: guitarra. Frank Owens: piano