En 1966 se editó un disco llamado “The Rolling Stones Songbook”. Se trataban de re versiones orquestadas de algunos temas de los Stones editados hasta ese momento. La idea fue del manager Andrew Oldham, y además de los mismos Stones, participaron varios sesionistas. Este no fue en sí mismo un disco importante o trascendente. Pero su valor radica en la cantidad de regalías que obtuvo 30 años después, todo por una canción llamada “The Last Time”, sobre la cual me centraré en este análisis.
Voy a empezar de adelante para atrás. ¿Se acuerdan del tema “Sinfonía agridulce” de The Verve?. Mi recuerdo por “Bitter Sweet Symphony” es el de “ese video donde el tipo se lleva por delante la gente en la calle”. Banda con estructura básica de RnR: bajo, batería y guitarra, cuyo primer éxito lucía al frente unos “strings” sintetizados. La melodía de los violines era muy pegadiza y hacía pasar a un segundo plano al resto de los instrumentos, a excepción de la batería, con una típica base del brit pop de los noventa (ese doble golpeteo de redoblante en un solo tiempo).
Del año 1997 me remonto ahora a 1965, a la figura de mi tan admirado Brian jones.
Como muchos sabemos, los créditos en los temas de los Rolling Stones, casi siempre refieren a “Jagger-Richards” , sin embargo, varias composiciones de los sesentas pertenecen a Brian Jones, una de ellas, es el riff principal de “The Last time”. Insisto en lo siguiente: no hay (ni habrá) información precisa sobre los aportes puntuales de Brian Jones a las composiciones, sino que (así como es el caso de los Beatles), todo está ligado a la escucha atenta de los discos y el (re) descubrimiento de los perfiles de cada uno de los intérpretes y su lógica relación con las composiciones.
The Last time se lanzó como Simple en 1965 y fue incluido en el álbum del mismo año llamado “Out of our heads” en la edición americana. El mencionado riff es bastante básico, con raíces bluseras y muy pegadizo. Sigue sonando a lo largo de casi todo el tema a pesar que las armonías del mismo van cambiando (Mi mayor, Re mayor, y La mayor), que es lo que realmente resulta efectivo. Recomiendo su escucha para comprender mejor esta breve reseña.-
Pasemos ahora a la figura de Andrew Logg Oldham, manager de los Rolling Stones en los 60, y uno de los responsables de esos looks de “chicos malos y rebeldes”. Se dice que quien acercó a Lennon y McCartney a Jagger-Richards y logró un acuerdo para que los primeros “obsequiaran” una composición original a los Stones. El resultado fue “I wanna be your man”.
A mediados de los 60, Andrew Oldham creo la “Andrew Oldham Orchestra”(intérprete del disco objeto de este análisis). Un proyecto donde músicos no estables interpretaron temas de los Stones (y algún que otro aporte de Oldham) en versiones que recordaban al “Wall of Sound” de Phil Spector (influencia directa de Pet Sounds de Beach Boys). Esta orquesta editó 4 albums, incluso con misma participación de los Rolling Stones, además de los mencionados sesionistas. Y en el año 1966 se editó “The Rolling Stones Songbook – The Andrew Oldham Orchestra”.
The Rolling Stones Songbook consistía en diez tracks de los Stones, más una “composición” del propio Oldham . Uno de los tracks del disco era “The Last time”. La versión “Wall of Sound” dejaba a un lado el riff principal y se concentraba en la armonía mencionada anteriormente, agregando variaciones de la melodía principal y un típico arreglo de cuerdas para este tipo de reversiones. El tempo era mucho más lento y la batería más bien sincopada, lógicamente que el ritmo de RnR clásico de Charlie Watts no encajaba con los arreglos de esta versión. Al escuchar “The Last Time” por la “Andrew Oldham Orchestra” seguramente más de uno se sorprenderán.
Retomamos ahora a 1996. Richard Ashcroft de The Verve compone “Bitter Sweet Symphony” y, según se dice, solicita “autorización” para samplear parte de “The Last Time”, la cual es otorgada. El disco se edita y la canción comienza a difundirse, teniendo una repercusión inesperada para muchos. Dado que los arreglos y letra pertenecían a Ashcroft, pero se había utilizado el sampleado mencionado, al parecer se llegó a un acuerdo donde las ganancias se dividirían 50/50.
Ahora bien, la difusión del tema rebasó las expectativas de muchos y el mismo resultaba más “identificable” por el fraseo de los “strings” sintetizados, que por la letra o los arreglos. Básicamente por lo siguiente: La melodía de violines es prácticamente la misma, el tempo y la batería eran casi calcados de la versión de la Oldham Orchestra. Hasta los acordes eran los mismos, pero con una pequeña variación casi indetectable.
Varios idas y vueltas hubo con los derechos de “Last Time” pero la mayoría de lo sucedido es más para un programa de Rial, que para una reseña musical. Como resultado: hoy por hoy en el CD “Urban Hymns” de The Verve, en los créditos de “Bitter Sweet Symphony” figuran “Ashcroft / Jagger-Richards”. El fallo judicial obligó a The Verve a ceder el 100% de las ganancias que la canción originara. Ganancias para los Stones, para Oldham, para la discográfica, en fin, insisto, no me es menester ahondar en las cuestiones legales o de forma de cierto tipo de sucesos. Me parece mucho más interesantes muchos de los detalles contados en esta historia. Disfrutemos de “Bitter Sweet Symphony”. Brian Jones no va a recibir un centavo por esto.
DR.-
DR.-
The Rolling Stones Songbook - Andrew Oldham Orchestra
(1966. Decca Record Company. Producido porAndrew Oldham)
1. Blue turns to grey; 2. I can´t get no satisfaction, 3. You better move on; 4. Time is on my side; 5. Heart of stone; 6. As tears go by; 7. Play with fire; 8. Theme for a rolling stone; 9. Tell me; 10. Congratulations; 11. The las time.
Creditos: Arreglos por Arthur Alexander, Bob Auger y Ray Pricket. (Debido a la inmensa cantidad de músicos sesionistas no es posible nombrarlos a todos)