Pink Floyd - The piper at the Gates of Dawn

   Antes del rock sinfónico, antes de los solos de David Gilmour y, por supuesto, mucho antes de The Wall, Pink Floyd eran 4 jóvenes estudiantes que pasaban largas horas improvisando. A diferencia de muchas bandas de esa época, no se limitaban sólo al blues y al rock and roll. Y a diferencia de muchos artistas, utilizaban los ensayos y el estudio para experimentar nuevos sonidos y crear atmósferas. No era virtuosismo por la ejecución, sino creatividad en su más puro estado. Considerado por muchos como el disco pionero de la psicodelia, “The Piper at the Gates of Dawn” es el primer LP editado por Pink Floyd.
   Syd Barret, guitarrista, poeta, compositor, “diamante loco” (en las propias palabras de los Floyd) era el alma máter del grupo. Sus escasos conocimientos musicales en cuanto a lo técnico eran ampliamente superados por la creatividad al momento de incorporar extrañas secuencias de acordes, o introducir atípicos cambios de tempo (saliendo del tradicional 4/4), como en el caso de “Bike”, imposible por momentos de seguir el ritmo exacto. Esto era complementado por (para mí) uno de los mejores tecladistas de rock, Rick Wright, quien podía aportar hermosas dosis de jazz, del mismo modo que hacer sonar su órgano para transportarnos a un mundo inquietante y terrorífico. Mason y Waters ponían los cimientos justos para que Barret hiciera lo que le plazca tanto en estudios, como en vivo. Y por supuesto, no olvidarse de los efectos de sonido, ruidos de ambiente, efectos de voces, etc. Me cuesta encontrar otro grupo que haya experimentado anteriormente con este tipo de cosas y, sobre todo, con tanta efectividad como Floyd en el 67.
   Las letras de Barret son simplemente hermosas. Hermosas por lo perturbadoras e infantiles a la vez. Frases como “los astros pueden espantarte”; “Solitario en las nubes, azul…no puedes verme, pero yo sí”; “tengo un ratón sin hogar, le puse Gerald”, o los pasajes del I-Ching citados en “Chapter 24”. Altamente recomendable la escucha del disco para transportarnos a un clima por demás inquietante. Pero también, para seguir cada track e intentar meternos en la cabeza de Barret y comprender cada una de sus letras.
Antes de editarse “The piper…”, los Floyd habían lanzado varios simples entre los cuales se destacaban “See Emily play” y “Arnold Layne”, todos ellos en la misma línea que los temas del presente álbum. Arnold Layne fue censurado por su letra (contaba la historia de un travesti que robaba ropa de casas y lavanderías). Barret tomó el nombre del disco de un libro de cuentos de su infancia llamado “El viento y los sauces”. La traducción de “The piper…” es algo así como “El flautista en las puertas del amanecer”.

   El disco abre con “Astronomy Domine”. El machaque de guitarra, las voces de fondo y las agudas notas de los teclados ya nos llevan a un extraño clima. Los yeites y riffs que Barret utiliza tanto aquí, como en “Inteterstellar Overdrive” son irreproducibles, no siguen una lógica armónica puntual, pero por algún motivo “hablan”, nos dicen algo. Luego Gilmour acariciaría su guitarra, pero aquí Barret nos apuñala con ella, nos hace temerle. 
   En “The piper…” encontramos folk (“The Gnome”), riffs de hard rock y punk (“Interstellar…),  rock (“Lucifer Sam”), jazz (“Take up thy..”). Todo pasado por un filtro de psicodelia y poesía .
Syd Barret falleció en el 2006. Luego de la edición de “The Piper…” intervino en un par de temas del siguiente disco de Floyd, y luego algunos trabajos solistas sin éxito. Como luego Waters le diría a Syd Barret en “Shine on you crazy diamond”, me despido pensando en Syd: “Llegaste al secreto demasiado pronto… Brilla tú, diamante loco”
Es inevitable dedicar esto a quien me dio y me sigue dando tantos años de magia en esta relación cósmica.

DR.-
Pink Floyd - The piper at the gates of dawn
(1967. Columbia/Emi. Producido por Norman Smith)
1. Astronomy Domine, 2. Lucifer sam, 3. Matilda Mohter, 4. Flaming, 5. Pow R. Toc H., 6. Take up thy stethoscope and walk, 7. Interstellar overdrive, 8. The Gnome, 9. Chapter 24, 10. The scarecrow, 11. Bike.
Créditos: Syd Barret: guitarra y voz;  Roger Waters: bajo, voz, y guitarra;  Richard Wright: piano, órgano y coros;  Nick Mason: batería y percusión.

1 comentario:

  1. Al margen de todo lo que podría volcar aquí por cuestiones personales, me quiero enfocar en la riqueza del texto, el modo de expresar incluso los sentimientos propios de admiración hacia el tema.De mas esta decir que hay cosas que me entere leyendo esto je.
    Dan ganas realmente de haber formado parte de esta movida y aunque no podamos hacerlo por cuestiones obvias, al menos esto nos acerca! Muy buen articulo.

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